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Después de haber transcurrido 14 años de la muerte del famoso narcotraficante sudamericano, su esposa María Victoria Henao y sus hijos Manuela y Pablo fueron obligados a dejar Colombia y emprendieron la búsqueda de asilo en otras partes del mundo.
Ellos encontraron asilo en Argentina y ahí la viuda de Pablo encontró un nuevo amor y rehizo su vida al lado de sus hijos que fueron creciendo en Argentina.
Jhon Jairo Velásquez, que ahora se dedica a escribir, declaró: "Fueron 20 años de mi vida que nunca olvidaré, lo que viví en verdad fue muy impactante".
Tanto como la viuda y el hijo Juan Pablo son los que han estado más activos en cuestión de dar entrevistas, al contrario de Manuela que ha mantenido un silencio sepulcral ante los medios a lo largo de su vida. "Manuela y lo que piensa siempre fue un misterio para todos".
Popeye pudo ver de cerca el ascenso y descenso a los abismos de los Escobar, siendo testigo de cómo la familia de Escobar tuvo que entregar todas las riquezas acumuladas por Pablo Emilio a los grupos rivales.
Velásquez relata la mayoría de los animales que Pablo compró para su Hacienda fueron caprichos de su hija.
El antiguo sicario de Pablo Escobar también relata que la pequeña Manuela le pidió a su papá que nunca tuviera más hijos ante la noticia de que una de sus amantes estaba embarazada.
"Entonces mi patrón me mando para hacer que la mujer abortara".
"Todas las navidades la pequeña le pedía a Pablo un unicornio como regalo de navidad, nosotros no teníamos más opción que tomar uno de los caballos y pegarle con grapas un cuerno en la frente, además hacíamos alas de papel y se las pegábamos en la espalda. Como los animales morían días después por infecciones, entonces cada año la niña Manuela pedía un nuevo unicornio" relataba Velásquez. "Para Pablo no había cosa más importante que hacer realidad los sueños de su princesa, la pequeña Manuela." concluyó Popeye.
