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Todos fuimos estudiantes en alguna etapa de nuestra vida, algunos aún lo somos. En este mundo de aulas, maestros, materias, compañeros y butacas, existe algo al que todos le tememos: Los exámenes.
Cada mes, cada semana, cada dos meses, nos enfrentamos a estos medios de evaluación que en teoría permiten saber al profesor si has aprendido lo que se requiere para aprobar el curso o que definitivamente no tienes lo conocimientos necesarios para pasar la materia.
Las estrategias para los exámenes son muchas. Mientras algunos estudiantes realmente ponen atención en sus clases, toman apuntes, hacen sus tareas y leen lo que el profesor les pide, ese tipo de estudiantes llegan al examen y generalmente sin estudiar nada más, les va muy bien. Hay otros que viven en el relajo y llegan a la víspera del examen sin saber absolutamente nada. Esos son los que aplican las de matarse un día antes y aquí a algunos les va bien y otros simplemente no pueden aprender en un día lo que deberían haber aprendido en un mes.
Y en última instancia están los estudiantes tramposos. Aquellos que llegan al examen sin haber estudiado ni jota, y esperan un milagro de todos los santos para aprobar, que el compañero de al lado les pase las respuesta. Que el profesor les deje abrir el libro, o algunos que la noche anterior decidieron hacer un "acordeón" para tener resumido en un pequeño espacio todo lo que deberían saber.
Los dejamos con este vídeo que les aseguramos que muchos se van a identificar: Los mejores acordeones escolares.
¿En su país cómo les llaman a éstos?
